viernes, 31 de agosto de 2012

Balance... Ja.

Durante muchos años he combatido a los Daemon en todas sus formas. Grotescos, angelicales, minúsculos, gigantescos... No hay forma que no deje de sorprenderme, al fin y al cabo, por el extremo odio que las embriaga. Salvo las ramas más cercanas al origen de la raza, más puras, todas las demás se han abandonado al odio. Son, sin duda, el extremo completo de la maldad y el odio.

A veces, he contemplado mundos donde predican sobre estos extremos. Que así como existen los demonios, existen los ángeles, fuerzas del bien que combaten contra la oscuridad, generando así un Balance en los Planos de Existencia. Cada vez que lo escucho, me dan ganas de vomitar.

¿Balance? ¿Equilibrio? ¿Fuerzas del Bien? Nadie mejor que yo, eterno vigilante, para atestiguar la falsedad de dichas palabras. Existe un extremo, sin duda. Pero jamás tendrá un opuesto pero contrario. Sencillamente porque es demasiado hábil, demasiado inteligente, aún en su brutalidad y su locura. Aquellos que aparentan luchar por el bien, suelen ser agentes del caos, bien disfrazados. Nada mejor que el mismo bando enemigo, para suprimir las semillas que podrían prosperar...

Por ello, no existe el equilibrio. Todo ha estado sumido en el caos desde el Primer Conflicto, siempre ha vencido el mal. Mal... Difícil es nombrarlo así. Sencillamente, son aquellos que se oponen a nuestros deseos, aquello que prospera a nuestra costa. Parásitos, devoradores, corruptores... Depredadores de todo lo sano y fértil. Si, eso sería una descripción de lo que son ellos, desde nuestro punto de vista.

Pero no hay opuesto. No existe un ejército de seres celestiales, paragones de la luz y la bondad, que rechazan las llamas oscuras con una fría resolución. No hay Dios bondadoso, solo Aurems, que resultan casi peor que los propios Daemon. Dioses para las razas que crearon que juguetean con ellas, su juguete predilecto. No hay nada que divierta más a un Aurem que contemplar el avance de la raza que haya creado, ver cómo se destruye a sí misma, como muere, o como es destruida por otros. Juegos de niños en un alcance planetario. ¿Esos son los líderes del bien?

No existe el opuesto a la maldad. Solamente existe esta, y aquellos raros seres que ansían ver más allá, o que se oponen a esta de tal forma, que comienzan a ser un estorbo. Y cuando esto sucede, la corrupción se hace cargo. El mejor arma al servicio del caos, embelesa a los más débiles de carácter, y hacen que apuñalen a sus mejores amigos por la espalda. Oh, sin duda... Las voces que luchan contra el mal suelen ser acuchilladas en una noche sin luna.

¿Por qué lucho? ¿Por qué sigo adelante? A veces opino que lo hago sencillamente porque es lo que he hecho durante toda mi existencia. Otras, sencillamente, por egoísmo. Porque no deseo su victoria. Así son las criaturas de estos mundos, egoístas y tontas. Aquellos que tengan altas expectativas... Deberían plantearse el huir. Huir para siempre, pues el mal siempre acecha, siempre consume. No existe límite que no puedan traspasar, ya no, pues han caído todos aquellos que, por algún motivo, los contenían. Ya no hay escapatoria, ya no hay solución. Comienza el baño de sangre.

viernes, 17 de agosto de 2012

Cuando la Locura despierta.

Las tres figuras se contemplaban unas a otras, en aquel páramo desolado. Retazos de un metal plateado, cual piedras en un desierto, iluminaban la inmensidad que era aquel lugar. Una llama blanca se encontraba en el centro de las tres figuras, donde podían ver aquella figura que representaba su enemigo, preparado para aniquilarlos en un instante. Las tres figuras, las representaciones de un mismo cuerpo, ahora arrodillado frente a su mortal enemigo.

B - No podremos ganar. - La figura más alta hablaba lentamente, pero con absoluta claridad.
Z - Oh, gran aclaración, mi monstruoso y gigante compañero de fatigas... A, dependemos de ti. - La menor de las presencias hablaba con grandilocuencia e ironía, nunca dándose a entender de forma evidente.
A - Hemos gastado nuestras fuerzas. Nosotros no podemos seguir combatiendo. - La figura intermedia, la principal, no despegaba sus ojos de las llamas... Y temblaba.
B - Nunca hemos llegado a est-... A. He combatido junto a ti por muchos años, he sentido lo que tú sientes. Ira, lujuria, bondad, cólera... Pero esta sensación, no puedo comprenderla, es demasiado inmensa.
Z - Es miedo... ¿Cómo? ¿Por qué? No es la primera vez que enfrentamos al Aurem Oscuro... Aunque esta vez no tenemos escapatoria.
A - No... No es por él.
B - ¿Y entonces?
A - ... Es por lo que tendré que hacer. - Todo el páramo tembló por unos instantes, y la llama blanca se apagó, antes de que el estremecimiento comenzara a incrementarse, en fuerza y velocidad.
Z - Esto... ¿Qué es esto...?
B - A, ¡estás loco!
? - ¡NO! ¡TODOS AHORA ESTAMOS LOCOS! - Una risa atroz inundó el lugar conforme las grietas se hacían inmensas y una oscuridad acuosa rodeó y atrapó a las tres figuras, en el centro de la estancia que comenzaba a cambiarse, pasando del páramo al interior de un volcán muerto...

Fuera, en el campo de batalla, la conversión se hacía evidente. La lanza del Aurem Oscuro se bloqueó de repente, por una mano envuelta en oscuridad. La bella figura que antaño era A, apartó con una fuerza brutal al atroz enemigo, mientras la transformación se aceleraba. Chilló al cielo, mientras su boca se desencajaba y una marea negra surgió de esta, cubriendo el cuerpo de piel negra y haciéndolo retorcerse de dolor.
 La piel comenzó a desprenderse, al igual que la larga melena blanca. La marea negra comenzó a solidificarse, definiendo la nueva forma, algo más baja y enclenque... Que dejaba completamente a la vista los supuestos músculos y conductos circulatorios de la nueva criatura. Sus dedos se destrozaron, y unas cuchillas de 30 cms surgieron en donde debieran estar sus dedos, creando dos garras enormes. 
Los ojos de la bestia no eran más que unas manchas blanquecinas en el rostro ahora sin nariz, y la boca desencajada, desprovista de labios, lengua o dientes, era mortalmente afilada, lo que debían ser sus labios tenían forma de sierra. Los aullidos de dolor ahora solo eran la risa de un maníaco... Del maníaco que había decidido ser.

B - Qué... Qué es esto...
Z - Increíble. Por el Norte y la Madre... Siento cómo ha puesto todo tu cuerpo en sobrecarga. Ningún ser vivo debería resistir esta velocidad, nos está consumiendo pero a la vez... No.
A - Daemon Prima, Clase Cosechador. Portador de la Tierra Negra.
Z y B - ¡¿Qué!?

Entonces, la voz desgarradora del Cosechador atravesó el volcán muerto, haciendo temblar a las tres entidades a la vez.
C - ¡Destruir, destruirlo a todo y a todos! ¡Existo para esto! ¡Mataré por esto! ¡Moriré por esto!

La risa de la locura también se escuchaba en el exterior, mientras la nueva figura se deslizaba por el campo de batalla, dejando que sus garras cantaran con la muerte de todos por igual. Carne, sangre, hueso, alma... Todo lo consumía y era destruido, su boca devoraba, las garras troceaban... Y la risa jamás se detenía. Tal era el precio por la victoria... 

miércoles, 8 de agosto de 2012

Vuelta a comenzar





Escúchalo... ¿Lo sientes? Es el viento del cambio. Si, sé que huele como siempre; podredumbre, contaminación, miedo. Pero esta vez, es distinto. Dejar de pensar, y siente. Escúchalo ahora... Así, si. Estás escuchando el clamor. No lo oyes claramente. ¿Sabes por qué? Porque te han enseñado a no escucharlo. Pero ahora, lo estás sintiendo. ¿Sientes ese fuego en tu sangre? ¿Ese ardor en tu pecho? Si, has hecho lo que no quieren que hagas. Te has infestado por el fuego de la esperanza. Y ahora, te temen.


Hace ya tantos años que los mismos imbéciles dominan el mundo, que nadie intenta hacer algo por ello. Obtuvieron su poder por la fuerza, cómo no. No eran listos, no eran sabios; sabían a quién tenían que espolear, a qué perros dominar y a qué cerebros envenenar con dinero y promesas de poder. Así, se alzaron sobre todos los demás, y parasitaron todo. Las ciudades cayeron, todos aquellos que se oponían iban siendo ejecutados y destruidos sin más. Eran emperadores de un mundo decadente y muerto.


Sin embargo, todavía temían. Pensaron que quizá, en alguna sombra que no habían mirado, bajo una falsa puerta que no habían encontrado, o empleando un código que ellos desconocían, se gestaba algo, una ofensa. A pesar de que fuera imposible tocarlos, su miedo paranoico prosperó. Entonces, decidieron poner al mismísimo dios de su parte... No a ninguno que conozcas; ellos destruyeron las religiones hace mucho tiempo. ¿Que de qué dios hablaban, entonces? Querían hacer uno.


¿Te sorprende? En este mundo, todo puede hacerse con dinero. Incluso la vida. Así que los señores del mundo decidieron crear un dios, un ser perfecto... Para ellos. No pensaban hacer un ser humano, que podría tener remordimientos, o sentir pena, o miedo, no. Debía ser una máquina de matar fiel, sumisa, pero indestructible. El arma definitiva, la muerte hecha en metal y carne sintética. Solo obedecería a los emperadores del mundo, y de ese modo, existiría un dios, si. Un dios de la muerte, que arrasaría con todo aquel que se opusiera, y sería tan poderoso y terrible, que nadie jamás podría vencerlo, que no habría arma capaz de amenazar el poder ya atesorado. Un dios, esa, era el arma final.


Pero ah, el destino juega muchas malas pasadas, ¿lo sabías? Al menos para ellos, esa vez, el destino no les sonrió. Quizá se cansó de que siempre les fuera bien, quizá, simplemente se aburría... Pero sucedieron dos errores fundamentales... El primero, que los encargados de la construcción de ese dios, eran muy inteligentes y sabios... Aún a riesgo de sus vidas, no harían una criatura como les habían pedido... Y nadie podía verlos; estaban tan bien aislados que eran dueños de sus acciones. El segundo error... Fue aún más inexplicable. ¿Cómo puede sustituirse un núcleo sintético de titanio-silicio por un meteoro extraterrestre que contenía retazos de una criatura tan terrible que alteró al proyecto de criatura por siempre? Nadie sabría decirlo...


Lo que sí podemos decir, es que eso pasó hace miles de años. Este mundo supo que existía lo que habíamos llamado magia, y comenzó a experimentar. Los emperadores fueron destruidos por otros, que tomaron sus mismas riendas, y el abuso continuó. 2200 años de abuso... Hasta que volvió a renacer la esperanza. La sientes en el pecho, vibra en tu cuerpo. Has tenido miedo toda tu vida... Y ahora no lo tienes. No somos más que escoria para su mundo de dominación total, no estamos dentro de sus planes. Por eso, cuando nos levantemos todos, y sigamos al portador del fuego, no podrán superarnos. Porque en su mundo ideal, los apestados no tienen poder... Y eso ya no es así.