domingo, 4 de noviembre de 2012

SdC - La Naturaleza de los Aurem (I)

¿Existen criaturas en este universo que podamos definir como seres absolutos? ¿Dioses? Su contrario ha existido desde antes del principio, pues tenemos a los Daemon. Algunos consideran que el otro lado lo conforman los Aurem, seres divinos, inmortales, capaces de obrar milagros, alzar a los muertos, y crear vida. No obstante... Ocultan algo.

Un Dios es un ser Supremo, del que nada se sabe, el cual es su propio origen y su propio final. Un Dios no ha de ser conocido, más que lo que este desee. Los Aurem no son ningún ser final. Tienen un pasado, tienen un origen... Solo que no lo han divulgado. Tras el suceso conocido como la Caída de los Daemons, los Aurem aparecieron en este universo, vacío de toda vida salvo la caótica presencia Daemon.

Los Aurem son seres individualistas, que raramente se alían. De hecho, el Primer Conflicto entre Aurem y Daemons hubiera acabado en la destrucción absoluta de estos últimos, de no ser porque los Aurem eran tan egoístas que no aceptaban combatir unidos. Su terquedad permitió a la recién reformada horda de los Daemons a evolucionar, a adoptar un patrón de Clases. Al principio, un solo Aurem era capaz de acabar con decenas de millones de Daemon básicos a la vez sin apenas inmutarse. Para cuando se dieron cuenta de la amenaza que se les venía encima, un Aurem no podía enfrentarse a mil Daemon de Clase Zaeta sin encontrarse en dificultades.

Finalmente los Aurem dejaron atrás sus rencillas (en mayor medida) y se organizaron en tres grupos claramente diferenciados. El primer grupo lo conformaba el Panteón, los líderes indiscutibles de los Aurem. El segundo grupo era la Fortaleza, erigidos justo encima del Abismo tras el Abismo, el portal eterno por el que los Aurem habían venido a este universo. Nadie sabe si vigilan con temor al exterior del portal... O a su interior. Finalmente, el tercer grupo eran el resto de Aurem, los Peregrinos, demasiado débiles a ojos del Panteón, o que carecían del interés de los miembros de la Fortaleza por la vigilia constante.

El Primer Conflicto se terminó cuando el Aurem Peregrino Chaos el Primigenio partió en dos el universo, arrasando a los Daemon y exiliándolos a una región diminuta en comparación a la restante, que quedó libre para que los Aurem dieran rienda suelta a sus deseos.

La mayoría de Peregrinos comenzó a crear mundos habitables, utilizando su don de la vida para crear una miríada de razas distintas. El patrón auremoide (o humanoide, como lo llamaron para ocultar el nombre verdadero) era el más común, como era natural, aunque algunos poseían ideas bastante... Creativas. El destino de estas razas bien podía ser el ser observadas durante su evolución como experimento, ser empujadas a la guerra con otra raza creada por un Aurem enemigo o simplemente erradicados sin más por los Aurem menos sensibles a sus propias creaciones. Naturalmente, existían unos pocos Aurem que verdaderamente sentían piedad por las razas inferiores que dominaban y gobernaban, pero su número y poder era tan reducido, que no era nada comparado con el Panteón. Billones de espíritus nacieron y murieron por obra y gracia de estos "Dioses", que convenientemente, ignoraron que el hechizo prohibido de Chaos no era perfecto, y que necesitaba una atención constante para que los Daemon jamás volvieran.

Naturalmente, los Daemon volvieron, más poderosos que nunca...


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